Cali - Colombia

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Aunque me levanté temprano no pude salir hasta las 10hs porque debía ir a un cajero a retirar dinero y comprar una llave de 8 por si debía sacar el filtro de aire en la ruta, Andrés me acompañó.
Tenía dudas si la batería estaba bien porque el día anterior en el taller no quiso arrancar, pero yo suponía que era porque se le exigió demasiado cada vez que probamos la moto, tenía la esperanza de que andando se recupere.
Por las dudas agarré mi multímetro y daba cualquier cosa, pero desconfiaba más del multímetro que de la batería. Jorge me consiguió otro digital y no daba tan mal, pero aún así estaba baja, salí igual a la ruta a ver si se cargaba, y así fué.
Cuando salí a la ruta ya noté el cambio debido a la última limpieza de carburador, y parece que durará porque ya hice 600km sin fallar.
Estaba un poco nervioso por todos los comentarios que me hicieron sobre la guerrilla en el valle del Cauca, que no pare en ningún lado, que no ande rápido porque me iban a tirar, que no ande de noche, etc, etc, etc.
Salí con la intención de hacer al menos 200km sin parar para pasar esa zona, lo de no andar rápido estaba de más porque con tantas curvas no se podía pasar de 80km/h.
En un momento entré en un gran cañadón muy profundo que supuse sería el Valle del Cauca, y después de una curva me encuentro con un alambre o un hilo, no sé bien, con trapos atados para hacerlo visible y cruzado en la ruta pero en el piso. Inmediatamente bajé la velocidad por sí me lo levantaban al pasar, y parece que eso es lo que querían, porque se me aparecieron de costado 6 o 7 personas, andrajosos, sucios, sin dientes, estirando la mano y diciendo cosas que yo no entendía, parecía una película del post-apocalipsis. Yo no tenía intención de parar y prestando mucha atención por si lo levantaban pasé sobre el alambre y seguí mi camino, despacio pero sin detenerme, y con más miedo por supuesto. Lo mismo encontré en 5 o 6 lugares más adelante en el tramo de unos pocos kilómetros, parece que es la estrategía de un pueblo para vivir de las limosnas. No volví a encontrar nada parecido en el resto del camino.
Cada vez descendía más y el calor empezó a apretar, el camino es muy lindo, un poco desértico al principio, pero se hace cada vez más verde, primero aparece un bosque subtropical y luego la ruta corre directamente entre la selva.
En muchos lugares veía carteles ofreciendo "kunis de paila" y tenía curiosidad, cuando ya me pareció que debía estar en zona segura me detuve en un puesto y pedí uno de esos, resultó ser una especie de helado de yogurth, justo lo que necesitaba. En ese lugar me puse a charlar con Mauricio y un amigo que estaban allí, y cuando me quise retirar no me dejaron pagar la cuenta, me invitaron ellos.
Antes de arrancar aproveché para sacarme la campera y seguir en remera, hacía mucho calor, a partir de allí se nubló, empezó a refrescar, y se largó a llover.
Mi cubierta trasera ya estaba lisa así que bajé mucho la velocidad y después de 100km de lluvia llegué a Popayan.
Desde allí me comuniqué con Henry que me dió instrucciones para encontarnos a la entrada de Cali, y me recomnedó especialmente que visitara el centro de Popayan. Yo muchas ganas no tenía, seguí lloviendo y normalmente estas ciudades tienen calles empedradas, pero era temprano y con el espíritu de tratar de aprovechar todas las oportunidades que me dá este viajeme fuí para el centro.
Toda la zona está mantenida como en la época de la colonia, es bastante grande y todo se conserva tal cual, las callecitas angostas de casas de adobe, con importantes portones tallados y ventanas largas. Me sorprendió y me gustó mucho.
A partir de allí dejó se llover y entré en terreno más plano, donde después de casi 20 días pude pasar los 100km/h.
LLegué a la hora pactada a "La Mazorca Especial", Henry llegó al poco tiempo (otro tipo con suerte), nos comimos unas arepas y después me instalé en su casa, muy cómodo, bastante cansado, y ya tranquilo de mi recorrida por Colombia.

Note: Sorry, there is no translation of the stories.



Pablo Gonzalez
Argentina - jueves, 15 de julio de 2010

Espero amigo que continue su buen viaje... Tenes algun contacto en Bogota?... avisame que tengo un compadre argentino viviendo ahi hace años y puede conectarte...
No podes dejar de probar en Bogota el ajiaco hermano... te lo recomiendo!!!
Abrazos..

Juan Fernando Mosquera
Ecuador - viernes, 16 de julio de 2010

te envidio muchisimo..... tengo unas ganas locas de regresar por Popayán alguna vez..... Cuna de mi tatarabuelo.... Fui antes del terremoto y recuerdo que era una ciudad preciosa

Horacio Portela
Argentina - viernes, 16 de julio de 2010

"parece que es la estrategía de un pueblo para vivir de las limosnas" Que terrible en un continente con una biodiversidad única y suelos por demás fértiles que esto ocurra.

Adelante!

patti
Ecuador - viernes, 16 de julio de 2010

con lo de las pe4rsonas que piden limosna yo me hubiera muerto del susto admirable lo valiente que te hace el viaje que sigas adelante





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